Seleccionar al profesional adecuado es sin duda alguna la decisión más importante que debes tomar cuando estás al frente de tu negocio y necesitas un servicio en concreto. Buscas buenas referencias, anteriores trabajos, clientes que hayan quedados contentos con su servicio y profesionalidad… Y así pensamos que será coser y cantar lograr un buen resultado.
Pero nos olvidamos de que en el proceso de compra/venta entran en juego, como mínimo, dos sujetos: el vendedor y el cliente. Y depende de la comunicación entre estos, del feeling que tengan, que variará enormemente el resultado.
Seré más específica y me pondré con los ejemplos reales.
El escenario es una peluquería. La clienta, una chica joven que necesita cortar el pelo porque hace ya más de 6 meses que no lo hace, y ya toca.
- – Hola, venía a cortarme el pelo.
- – Perfecto, ¿cómo lo quieres?
- – Cortar las puntas, únicamente.
La peluquera le lava el pelo, se lo corta según estas indicaciones y se lo seca.
- – ¿Te lo aliso?
- – Ok.
Procede a alisárselo y le pregunta qué tal se ve.
- – Bueno, bien.
- Le dice el precio, le cobra y la clienta se va.
Mismo escenario.
- – Hola, venía a cortarme el pelo.
- – Perfecto, ¿cómo lo quieres?
- – Verás, el problema que tengo es que noto mi pelo muy seco. Intento no abusar de secadores, ni de tintes. Me gustaría volver a tener un pelo sedoso y que no se me quede tan pegado a la cabeza.
- – ¿Qué te parecería si te lo cortamos a capas, para ganar en volumen, y te aplicamos un tratamiento de hidratación?
- – Suena bien, pero mi cabello es graso y no sé si el tratamiento de hidratación empeoraría esto.
- – No te preocupes, tenemos un tratamiento específico para este tipo de cabellos.
La peluquera procede, le cobra y la clienta se va.
Igual escenario.
- – Hola, venía a cortarme el pelo.
- – Perfecto, ¿cómo lo quieres?
- – Verás, el problema que tengo es que noto mi pelo muy seco. Me gustaría volver a tener un pelo sedoso y que no se me quede tan pegado a la cabeza, así que he pensado en un corte a la altura de los hombros y un tinte oscuro.
- – Si me permites aconsejarte, el tinte no te va a solucionar el problema de tener el pelo seco. Yo te recomiendo un tratamiento de hidratación. Y con respecto al corte, por la forma de tu rostro te quedaría mejor a la altura del pecho y no tan corto como pides.
- – Yo quiero un tinte oscuro y con la melena tan larga no me termino de ver, no sé.
- – Si quieres podemos hidratar y luego teñir, y en cuanto al corte hacerlo como dices pero escalonado.
- – No, prefiero solo el tinte y el corte que te he dicho.
¿En qué ejemplo saldrá la clienta más contenta con el resultado? ¿En cuál de ellos la atenderán de una forma más adaptada a sus necesidades?
Está claro que podría seguir con mil y un ejemplos más, pero me imagino que ya sabrás por donde voy.
Ser buen cliente te garantiza mejores resultados
Una buena comunicación es vital. Cuanto más fluida, más natural, más cómoda se haga una conversación; más agradable será el tenerla y de mejor humor estarán los implicados. ¿O no?
Y esto, lo quieras así o no, influirá en TODO.
Tu proyecto se merece la mejor atención, el diseño ideal, el acabado perfecto. Pero nunca lo conseguirás si eres un cliente insufrible.
Y, lo lamento mucho, pero nunca te dirán que eres un mal cliente.
Lo podrás deducir, cuando notes que los profesionales que han trabajado contigo en alguna ocasión prefieren derivarte a conocidos suyos “muy buenos también“, porque ellos “tienen gran carga de trabajo” / “ya no realizan eses trabajos“.
Abre los ojos: no quieren trabajar contigo.
Porque los malos clientes dan muchos dolores de cabeza, muchos disgustos, muchos cabreos…
Y los resultados nunca son buenos. Ni los incluimos en nuestro portfolio…
¡Con lo que nos gusta presumir de clientes en el portfolio!
Los buenos resultados traen mayores ingresos
Esto es así. Y da igual lo que tengas que encargar: si es bueno, traerá dinero. ¿Nunca lo habías pensado de esta forma?
El valor que te diferencia de la competencia es el saber hacer. Cuida el trato con las personas, el lenguaje, la comunicación. Hazles sentir valorados, muéstrate abierto y receptivo, déjate aconsejar, guíales con información… Y mejorarás día tras día.
Ser buen cliente solo lo consigue el cliente inteligente.


